El 15 de junio de 2015, con motivo de la clausura del curso 2014-2015 de la 8ª edición del Máster Erasmus Mundus GEMMA, tuvo lugar en el Salón de Actos del Centro de Documentación Científica de la Universidad de Granada la conferencia de clausura impartida por la profesora doctora Ana María Bidegain. El título de la conferencia era Mujeres, religión y política. Historia y nuevos desafíos y a la misma asistieron las profesoras y alumnas del GEMMA.
La doctora Ana María Bidegain estudió Historia en Uruguay y Bélgica, donde realizó su doctorado con honores en la Universidad Católica de Louvain. Realizó su carrera académica en Colombia, donde vivió e impartió clases durante más de 20 años. La doctora Bidegain fundó el Departamento de Historia de la Universidad de los Andes e implantó el área de Estudios Religiosos en la Universidad Nacional de Colombia. Fue profesora invitada en el programa de Estudios de las Mujeres en Religión de Harvard, posteriormente se unió a la Universidad Internacional de Florida donde continúa hasta hoy.
Los principales temas de investigación de la doctora Bidegain giran en torno a la religión, sociedad y política en la historia latinoamericana, sobre lo que ha escrito y publicado ampliamente. En 2005, editó y publicó dos libros derivados de su experiencia educativa e investigadora en Colombia: Historia del Cristianismo en Colombia. Corrientes y Diversidad (Editorial Taurus) y Globalización y Diversidad Religiosa en Colombia (Universidad Nacional de Colombia). Actualmente es Directora del programa de investigación en el Centro Latinoamericano y del Caribe en la Universidad Internacional de Florida. El tema principal de la conferencia era la visibilización de las mujeres religiosas en la historia reciente de América Latina. La profesora Bidegain expuso los principales temas y resultados de su proyecto de investigación, concerniente a las mujeres religiosas en América Latina. Este es un colectivo de mujeres que han sido protagonistas en la historia del catolicismo y han tenido un importante impacto en la cultura política latinoamericana. Sin embargo, es un grupo que no ha recibido ningún tipo de reconocimiento en los ámbitos de los estudios políticos, religiosos o feministas a pesar de que ha tenido un importante impacto en las transformaciones políticas recientes. En los años anteriores al Concilio Vaticano II, las mujeres religiosas fueron protagonistas de una serie de cambios ante la carencia del clero: impulsaron el proceso de modernización con impacto en todas las clases sociales, disminuyeron la conflictividad social, facilitaron el proceso de reintegración de la Iglesia y el Estado y finalizando enfrentamiento político–religioso, y ayudaron con el proceso de “re-catolización” de las sociedades latinoamericanas, facilitando la gobernabilidad.
A partir de la implantación del Concilio Vaticano II y la publicación del Perfectae Caritatis, la misión y la vida en común de las congregaciones cambiaron radicalmente.El claustro fue desapareciendo y las reglas cambiaron. Las estructuras de autoridad verticales de las congregaciones fueron revisadas. Los votos fueron vividos bajo el paradigma de la vida de Jesús en pobreza, obediencia y castidad. La obediencia ahora era un diálogo entre los miembros de las comunidades y las decisiones pasaron a ser tomadas colectivamente y no impuestas. La castidad significó que las mujeres eran libres de dedicarse a su misión. Por otra parte, el conocimiento de la psicología y de la antropología fue adoptado para salir de los viejos significados represivos de la sexualidad. Este proceso terapéutico era integral y ayudaba a vivir una vida no-reprimida del celibato. La pobreza era también una forma de libertad que facilitaba la comprensión de los pobres a quienes deseaban servir.
Un sector de las religiosas de diversas comunidades optaron por irse a los barrios populares con los pobres para vivir como los pobres. No vivieron más de la riqueza de sus congregaciones, sino que pasaron a vivir de los bajos salarios que ganaban en las fábricas como trabajadores o en los campos como campesinas, como profesoras rurales o como enfermeras en hospitales pequeños y en trabajos en el “barrio”.
Organizaron sindicatos, cooperativas, movimientos sociales y nuevas fuerzas políticas entre los negros, indígenas, las mujeres y otra gente tradicionalmente marginada de las actividades sociales, políticas y económicas. Organizando las comunidades, las mujeres religiosas enseñaron a la gente marginada cómo participar en la sociedad, levantarse por sus derechos, y recuperar su ciudadanía. En una época de dictaduras y opresión, ellas fortificaron la democracia.
Las religiosas que eligieron el proceso de la inserción pasaron de hacer del pobre el objeto de su caridad a convertirlos en sujetos de la transformación social y política; empoderándolos para que ellos mismos fueran agentes de su propio proyecto histórico. Muchas de las iniciativas sociales que fueron recuperadas más adelante por los partidos políticos a finales de los años 80, y que hoy están en el poder, habían nacido por el trabajo de estas religiosas.
La complejidad de la historia de las mujeres consagradas ha sido invisibilizada, por ser mujeres y por religiosas pero también por sectores del feminismo dado el peso negativo de las religiones referente a derechos de las mujeres. Las incongruencias en el catolicismo exigen un esfuerzo constante de discernimiento de las comunidades religiosas para poder avanzar en un camino que profundice la vivencia evangélica para poder anunciar la Buena Nueva impactando tanto a la iglesia como a la sociedad y al estado, pero también por la academia.
Más allá de confrontaciones eclesiásticas, hoy, estas mujeres continúan viviendo y trabajando entre los pobres mientras reflexionan sobre su propia experiencia de inserción e inculturación en búsqueda de la liberación personal y social. Varios grupos de religiosas han redefinido su identidad femenina y han desarrollado una nueva teología. Ellas han llevado su experiencia con las mujeres pobres, indígenas y negras a su lectura feminista de la biblia. La teología feminista latinoamericana y la lectura femenina de la biblia son alimentadas por ellas. Los nuevos movimientos sociales y políticos también son apoyados por muchas religiosas.
A pesar de las circunstancias, incluido el martirio, las religiosas consideran que la recepción del mensaje del Segundo Concilio Vaticano fue como un huracán que transformó de raíz la vida de las mujeres religiosas. Fue una verdadera revolución cristiana.
Después de la conferencia se realizó una ronda de preguntas, que dieron lugar a debates muy interesantes entre la profesora Ana Bidegain, las alumnas y el profesorado del GEMMA.
Reseña escrita por Melissa Peláez y Laura Tejero.